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Viernes, 1 Noviembre 2024
   
Información General  Viernes 21 de Mayo del 2021 - 10:56 hs.                2778
  Información General   21.05.2021 - 10:56   
Opinión: Por Hernán Rausch*
Pedido a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Tres años transcurridos de la mega causa Ilarraz, uno de los más contundentes e impactantes fallos ocurridos en los Tribunales de Paraná, Argentina y el mundo. De igual modo, poco más de un año, se daban por finalizados los procesos judiciales en instancias entrerrianas, dictaminando con absoluta aprobación los abusos cometidos por el clérigo. Decía el juez subrogante Bernardo Salduna: “… los abusos perpetrados contra menores en el Seminario están definitivamente acreditados, firmes y consentido, y sobre esto no hay discusión”.


   Es una definición impactante, sólida e incuestionable la de este magistrado junto a sus pares, respecto a las conclusiones que llevaron a cabo luego de un largo camino transitado en el poder judicial, proceso de investigación, superado el obstáculo de la prescripción, juicio, y llegar a condena de 25 años de prisión sobre el acusado del mencionado caso.

   Haber llegado a todas las instancias en el plano judicial provincial, que hallan fallado a favor de sobrevivientes y familiares, es más que satisfactorio, pero un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación no dejaría de coronar, mediante su resolución, tan gran acontecimiento. Después que la justicia local, haya salteado con verdaderos fundamentos y humanidad, los procesos que llevó a la condena, esto asentó precedentes y, además, llevó a una creación y aprobación de una nueva ley nacional, la Ley 27.206: “Respeto a los tiempos de las víctimas”. Previo a todos estos logros, hubo una sucesión de heroicos actos; primero la valentía y coraje de las víctimas, ahora sobrevivientes, que han traspasado las dudas, temores, amenazas, trastornos en su salud, pero que han podido contar, detallar todas las situaciones vividas con el sacerdote, abusos cometidos por una persona adulta hacia menores a su cargo en un internado, como así también el esfuerzo sobrehumano desde la procuración, fiscales y abogados, partícipes en esta carrera admirable por la justicia. Agradecidos desde ya por su compromiso y valor.

    Después de haberse llevado a cabo esta maratónica carrera jurídica en Entre Ríos, que tuvo repercusión en otros países, como España, también mencionada en una película ganadora del Oscar y hasta en el mismo Vaticano, solo esperamos que no permanezca situado dicho expediente en algún rincón, por tiempo indefinido, no quede apostado en un solo escritorio de la sede del excelentísimo tribunal de la Corte Nacional, ya que, como también ha manifestaba el letrado representante del Tribunal entrerriano, este tema es de suma importancia para la sociedad en general. En ese sentido, pidió a la Corte que se pronuncie de forma "imperiosa e impostergable en la sensible temática que convoca" y así dilucidar "definitivamente la cuestión, fijar doctrina legal y que sirva de directriz para todos los Tribunales del país". Bien clara su postura y solicitud la del Tribunal entrerriano hacia estos temas, que no involucra solo la causa Ilarraz, sino que amplia e implica, inserta y anima a otras, dando esperanzas a diferentes causas abierta en todo el territorio argentino, no solo a nivel eclesial, sino en diferentes ambientes, delitos referidos al abuso sexual en la niñez.

    Son años de muchos sufrimientos, muchos sometimientos y extorciones psicológicas, perversas sugerencias de parte de aquellos implicados en estos casos, colaboradores fehacientes de encubrimientos, sobre todo imponiendo temor, pecado, castigo, actitudes despectivas, división, desarraigo, discriminación, acusación, aludiendo además traición a la doctrina, siendo que lejos está querer hacer daño y, levanto la voz en nombre de muchos otros, incluso la mayor parte de mis  familiares, amigos y conocidos, ya que somos católicos comprometidos con la religión y la sociedad, respecto al comportamiento frente a estos atropellos, solo tratamos de actuar defendiendo nuestros derechos y obligaciones, propios y ajenos, hermanados en un mismo objetivo, como hombres y mujeres de bien, de las cuales muchos altos funcionarios no hacen caso ni alarde, insensibilizándose y echando por la borda tanto esfuerzo de parte de muchos que sí estamos comprometidos a hacer una sociedad más equitativa y justa. Así mismo me refiero a jueces y fiscales, además de ciudadanos comunes y corrientes, impregnados de valores y templanza, tratando de arrojar un poco de coherencia y estímulo ante tanta indiferencia, perversidad, tormento, avasallo y dolor.

    Excelentísimo Tribunal de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no torne infinita esta espera, no aplace ni postergue tanto sus tiempos de expresión, sus fallos, necesitamos su actuación con premura, la colectividad argentina lo necesita, sobre todo en estas cuestiones que hacen referencia a la niñez, a jóvenes y personas adultas, con lo cual, dicho esto, alude e involucra a toda la sociedad. Se necesita este respaldo, ya que, como bien lo expresa esta nueva ley gestada a partir del caso Ilarraz, “respeto a los tiempos de la víctima”, se denuncia cuando se puede, no cuando se quiere, uno expresa cuando alcanza y logra quebrar esa atadura de la vergüenza, culpa y temor, impuesta por él y demás perversos actores, porque donde hay corrupción y abuso, hay más responsables en estos atentados.  

   También ahora es tiempo para los sobrevivientes, es tiempo de culminar y cerrar esta espeluznante historia, que estimula e impulsa a mas causas, valientes actores que, con coraje y valor, logran y asienta precedente, fortaleciendo el código penal, y da luz, confianza e ilusión a tantas personas.  

La sociedad de Paraná, y de muchos lugares, están esperando. Excelentísimo Tribunal, con mi mayor respeto, pero con contundente solicitud, no eternicen sus tiempos de pronunciarse. 


*Hernan Rausch, sobreviviente de abuso sexual eclesiástico. Querellante en la causa Ilarraz.