El proyecto, que comenzó en abril de 2024, tomó fuerza cuando el grupo decidió involucrarse profundamente tras la pérdida de un familiar. “Nos afectó mucho la situación y nos motivó a seguir adelante con más ganas”, expresó una de las estudiantes. El grupo diseñó trampas para atraer tanto larvas como mosquitos adultos, utilizando conocimientos de robótica que aprendieron gracias al apoyo del Grupo Petersen, quienes les proporcionaron un kit especializado. “Fue una experiencia que nos enseñó mucho. Al principio no sabíamos mucho de robótica, pero con el tiempo aprendimos y logramos grandes cosas”, comentó otra de las participantes.
Además del diseño de las trampas, los estudiantes realizaron encuestas en el barrio para medir el impacto del dengue, descubriendo que el 43% de los habitantes había contraído la enfermedad. Con esta información, llevaron adelante campañas de concientización y recolección de objetos que pudieran acumular agua, ayudando a reducir los criaderos de mosquitos. “Salimos a hablar con los vecinos y a entregar información sobre cómo prevenir la propagación del mosquito”, añadieron.
El rector de la escuela, José Ferrari, expresó su orgullo por el trabajo de los estudiantes. “Lo que estos chicos lograron es un verdadero ejemplo de compromiso. Es la primera vez que nuestra escuela participa en una competencia de este nivel y que llegamos tan lejos. No solo ganaron el premio, sino que pusieron el nombre de nuestra escuela y de nuestro barrio en lo más alto”, afirmó Ferrari. El proyecto fue articulado con otras áreas de la escuela, como la música, donde los estudiantes crearon una canción titulada “¿Mosquitos? ¡No más!”, y otras asignaturas como biología y educación física.
Los jóvenes recibieron un premio de 2 millones de pesos, que será utilizado para continuar su investigación y seguir desarrollando iniciativas contra el dengue. Además, la institución planea destinar una parte del dinero a mejorar los recursos educativos, con la promesa de seguir impulsando proyectos similares en el futuro.
Los estudiantes destacaron que su trabajo no termina en este proyecto. “Hay mucho por investigar y aprender. Sabemos que este proyecto puede crecer aún más y queremos seguir trabajando en ello para ayudar a nuestra comunidad y más allá”, concluyeron.
Los protagonistas que participaron en este destacado proyecto son Ana Gómez, Ariana Cheres, Isaac Gómez, Antonella Altamirano, David Nuñez, Elías Cheruzzo y Sol Casas, alumnos de 5to año. Todos ellos, bajo la guía de los docentes Alejandro Ayala, Yanina Ferreyra y Gabriel Crosa.
Este reconocimiento no solo es un logro educativo, sino un ejemplo inspirador de cómo la juventud puede liderar cambios significativos en su entorno, utilizando la ciencia y la colaboración para enfrentar problemas reales.
