El único reservorio del virus es el ser humano. La mayoría de las personas infectadas no tiene síntomas pese a que el virus se replica en el tracto digestivo o la faringe. Se encuentra en la materia fecal y se transmite principalmente por el consumo de agua y sustancias contaminadas, como así también por contacto directo con personas que pueden contagiar la enfermedad. Algunos casos pueden resultar leves; aunque muchos son graves y causan discapacidades físicas permanentes e incluso la muerte.
En la actualidad múltiples países de África, Europa y Asia presentan brotes por la circulación de poliovirus. De esta forma, mientras la enfermedad no esté erradicada existe un riesgo permanente de reintroducción tanto en Argentina como en el resto de la región de las Américas, por lo tanto resulta necesario mantener a la población protegida a partir de la vacunación.
Actualmente en nuestro país es obligatoria la vacuna IPV (Salk) por Calendario Nacional. La primera dosis se coloca a los dos meses de vida, la segunda a los cuatro y una tercera a los seis. Además, se debe aplicar un refuerzo a los cinco años, edad de ingreso a la escuela primaria.
Desde el programa Ampliado de Inmunizaciones del Ministerio de Salud de Entre Ríos se propone trabajar en una estrategia de fortalecimiento de las coberturas de vacunación y de mitigación de riesgo de reintroducción de casos que incluya diferentes actividades de vacunación intensiva. El objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de vacunarse contra la polio, incrementar las coberturas y recuperar esquemas.
Testimonios
El pediatra Roberto Ariel, jefe de la Terapia Intensiva del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, relató: "Tuve la oportunidad de asistir en los años 82 y 83 los últimos casos de polio, algunos necesitaron asistencia respiratoria mecánica y todos quedaron con secuelas importantes. Ninguno de ellos estaban vacunados y fue triste verlo".
El profesional señaló que "después de la vacunación intensiva, movilizada por la visión de todos estos casos, la enfermedad desapareció, primero del país y después de América, aunque no así del mundo". En este marco, instó a la población a revisar los carnet de vacunas, consultar a los pediatras y, ante la duda, actualizar la inmunización en caso de no estar al día.
Por otro lado, Leticia Montenegro, integrante del Grupo Epidemiológico de Poliomielitis Argentina, contó que contrajo la enfermedad en 1962, con apenas seis meses de vida, a través del agua contaminada producto de inundaciones que se registraron en esa fecha, lo que le causó secuelas que la acompañan hasta hoy en día: le afectó la columna y recién a los nueve años pudo comenzar a caminar. "A los seis años recibí la primera silla de ruedas, antes me arrastraba de cola porque no tenía fuerzas para pararme" manifestó. Para finalizar, dejó un mensaje: "La polio es algo muy cruel y no hay excusas para dejar de vacunarse porque afecta en muchos niveles de la vida" concluyó.