Esta falta de precisiones genera incertidumbre en los trabajadores y sus familias, en su mayoría oriundos de localidades de la costa del Uruguay, ya que “no encuentran hoy certezas sobre su futuro a partir de la caída de la concesión”, lo cual se producirá el próximo 8 de abril.
A través de un comunicado, CRUSA expresó su frustración por la falta de respuestas de los funcionarios, a quienes la compañía acercó la problemática por todos los medios posibles, sin obtener una respuesta satisfactoria. “Pese a la dificultad que conlleva comprender una actitud tan negligente de las autoridades responsables, el actual concesionario seguirá buscando alternativas para los trabajadores y sus familias”, señalaron.
CRUSA entiende que el “camino natural” es prorrogar la concesión actual hasta que se defina un rumbo claro respecto de la licitación. “Esto significa, o bien CRUSA continúe con su administración, o que comience una transición ordenada a una nueva concesionaria”, plantearon como posibilidades.
“Lamentablemente, desde el gobierno nacional se rechazó esta propuesta ofrecida de buena fe por parte de la empresa, dejando sin respuestas las necesidades de usuarios y trabajadores”, concluyeron.